Qué pasa con el dólar paralelo, pues nada, seguirá subiendo!! de Alexader Guerrero*

Las profecías auto cumplidas de los operadores y el publico
Se desliza en los medios a diario, constituyendo “casi” un 'acuerdo" entre operadores y opinadores especializados, que el mercado del dólar paralelo y la presión al alza, se deba casi exclusivamente a combates y diferencias dentro del gobierno, a menudo entre el Ministro de Economía y el Presidente del BCV. También se argumenta en torno a que el “overshooting” en el paralelo se debe a contradicciones en la política monetaria del gobierno, y digo gobierno porque ya por Ley –después de cuatro reformas en ocho años!!!- este, el gobierno, confiscó la independencia y autonomía funcional del BCV para hacer política monetaria.

De hecho y desde hace varios años, profesando identidad ideológica del comunismo y presión presidencial, el directorio de BCV hace lo que el fisco quiere, desde transferir reservas internacionales al gobierno (fisco) manteniendo los bolívares emitidos habiendo perdido en su contabilidad monetaria las reservas transferidas, hasta su participación como agente financiero y “punta final” en el casino financiero de compra y ventas de bonos soberanos argentinos, ecuatorianos, pagares del Banco de Cuba, y otros instrumentos financieros de dudosa reputación financiera.

El Banco Central de Venezuela: la caja grande del fisco.

Para muestra solo un botón. El BCV no es independiente ni posee autonomía en sus decisiones de política monetaria; y ello es grotescamente visible en el ritmo inflacionario de la economía venezolana en estos años, una de las mayores del mundo, al lado de la de Mugabe, un patriota africano que se pasea por su continente con la espada de Bolívar, con una réplica que los venezolanos le regalamos.

Recordemos con rigor académico y científico que la inflación es un fenómeno estrictamente monetario – no existe eso de inflación de costos o de salarios pamplinadas ideológicas - y por ende político porque las decisiones del Banco Central se han generado para promover y compensar las fuentes de pagos del gasto público; es decir, crear dinero sin contrapesos ni contravalores, la gente en la calle le llama eso dinero inorgánico, aunque el concepto no existe en la economía, al menos es grafico para mencionar algo que no sirve.

Para convertir al BCV en un agente fiscal-monetario, la Asamblea Nacional por pedido presidencial ha reformado la ley del BCV cuatro veces en ocho anos, las dos últimas para “sincerar su posición como agente fiscal ya no de última instancia sino como financista del desarrollo económico, el cual va en la factura del fisco, o bien en la Ley del presupuesto o en la expansión del gasto fiscal para presupuestario.

La ortodoxia contable del fisco ha sido mutilada para lograr ese objetivo institucional de imprimir dinero según lo requiera el fisco. La inflación está pagando y seguirá pagando la crisis fiscal del régimen. Todas esas piruetas legales y legislativas muestran un gobierno cuya expansión fiscal ya no puede ser financiada con petróleo, impuestos y deuda. Se requiere dinero fresco y este sale de las impresoras de la Casa de la Moneda al ritmo de Patria Socialismo, inflación o muerte!!.

La expansión fiscal, la acumulación de deuda publica: impacto en el mercado paralelo

La inflación y la presión cambiaria en el mercado paralelo o permuta que lleva el precio del dólar en ese mercado permuta a multiplicar por más de tres veces la tasa de cambio del dólar en CADIVI, describe claramente que el desequilibrio monetario en Venezuela, factura exclusiva del BCV, se origina en un fisco que acumula un colosal déficit fiscal que muestra los niveles de insolvencia del gobierno y que apunta a un hecho incontrovertible: un dólar a 7.25 en el mercado permuta aunque es caro, es mejor tenerlo que los bolívares “soberanos” que el BCV imprime para financiar el gasto publico.

Todo el mundo conoce que un Estado que crece en base a expropiaciones y nacionalizaciones, y a costas de la expansión el propio gobierno, y que acumula un proceso de descapitalización severa de empresas estatales (Guyana y PDVSA), además de la infraestructura eléctrica –como Planta Centro por ejemplo- no le queda otra que pagar ese gasto con “dinero inorgánico” y con la inflación; acotemos que esta es un impuesto.

La última reforma de la Ley del BCV, de hace dos semanas, coloca al BCV a disposición finalmente del gobierno,- cumpliendo así el sueño del Che Guevara cuando reformo el Banco de Cuba en 1962 en la oportunidad de ser nombrado Presidente del BNC, donde sabemos, fundió las reservas internacionales del BCC con el fisco cubano, la historia ya se conoce, inflación y escasez, ambas medidas por la longitud de las cosas, de harinas, azucares, caraotas, arroz, carne, jabón, y hasta papel toilette-, para financiar las economías o finanzas de empresas, ligadas en general al fisco o al flujo de caja del Estado (aunque ya esto lo tenemos con aquella última reforma entre gallos y media noche donde se autorizo al BCV a comprar bonos –chimbos- petroleros. . Ahora sin mucho prejuicio y más directamente el BCV ejercerá como caja no ad hoc, sino de dinero de alta potencia o como lo conoce el hombre de a pie: dinero inorgánico.

Que impacto produce la matriz expansiva fiscal en el mercado paralelo ¿

Volviendo a nuestro planteamiento inicial arriba, sobre las percepciones de la industria financiera, operadores, bancos y casas de bolsas y corretaje, acerca del mercado del dólar permuta, notamos que mediáticamente el gobierno, junto a ellos parecieran estar mareando a la opinión pública, pues se manipulan algunos fundamentos institucionales que están detrás y que inducen la enorme presión cambiaria en el mercado permuta que ha puesto el precio del swap hacia el dólar arbitraje- de 7.25 bolívares.

Toda esta parafernalia mediática del gobierno y las expectativas de los operadores a quienes el público, empresas y gente, buscan los recónditos caminos de información privilegiada que permita adivinar por dónde van los tiros en emisiones de bonos y su efecto en el dólar permuta, no pareciera adecuarse a la realidad descrita en los párrafos anteriores que muestran que la propia política monetaria, ahora visiblemente diseñada en Min Finanzas, y operada por el BCV, corre al ritmo de las finanzas públicas y al endeudamiento público. En el horizonte, el gobierno busca convertir al dinero en un mecanismos exclusivamente de cuenta, como en Cuba, es decir, pierde totalmente su característica de precautelitividad y resguardo; quien lo guarde en cuentas o en el colcho pierde o deteriora al paso de la inflación. Y si esta es de 2 a 3 % mensual, al cabo de un ano, 100 Bs –y que fuertes- solo podrán comprar los que hoy compran 50 de esos bolívares!!.

Mueren el dinero y el ahorro: dinero solo como unidad de cuenta, quien lo guarda pierde

De esta manera, con pasivos –bonos y títulos de deuda pública- colocados en el mercado que, aunque pueden dejar buenos dividendos a los bancos y operadores en las transacciones del día día, van al mismo tiempo licuando –depreciando- fideicomisos, reservas de empresas de seguros, capitales de los propios bancos, cajas de ahorro, portafolios diversos mutuos, todo ello, unido a mecanismos de represión financiera por tasas de interés groseramente negativas, van licuando el menguado ahorro en activos líquidos de empresas y medianos ahorristas en el mercado bancario.

La inflación va sustituyendo –destruyendo más precisamente- ahorro y capital por efectivo circulante de alto poder inflacionario y con poder de compra brutalmente depreciado. La ruta del empobrecimiento por destrucción del poder de compra de la moneda se retroalimenta con los cambios institucionales que coloca al BCV en manos del gobierno. El mar de la felicidad de Cuba está a la vuelta de la esquina, así como también una importante posibilidad de cambio. Una cosa traerá la otra, como en la tragedia de Plinio con los huevos de la serpiente.

De esta manera, por el horizonte de insaciabilidad del gasto público que no se recorta en los momentos en que cae la renta petrolera, y no precisamente por los precios, sino por una ley universal que dice que la relación ingreso fiscal por renta respecto del gasto público va disminuyendo en el tiempo porque los gobiernos son por definición deficitarios, pero el nuestro aun mas por carecer de mecanismos de contra-balance y controlabilidad de las finanzas públicas, en otras palabras un grado de ingobernabilidad absoluto afanosamente buscado por el Presidente para evitar dar respuestas a los órganos de poder público, ya inexistentes, es decir, sus horizontes en términos de descapitalización y (des)gobernabilidad son infinitos.

Estado y fisco: una unidad monetaria indisoluble

Y este fenómeno es aun mas grave por cuanto el Estado y el fisco viven una aberrante fusión, que nos dice que es difícil divisar dónde termina y uno, y donde comienza el otro, y esta diferencia es vital desde el punto de vista del gasto público y el impacto que él ejerce en la economía nacional. Todo ello transmite la idea muy, pero muy clara, que todos los dineros del mundo no alcanzara al estado socialista que crece y crece, con empresas nuevas y expropiadas y empleados y millones de supernumerarios afines al proceso revolucionario y llamados a defenderlo cuando este se encuentre en peligro.

Agréguesele a esto que las fuentes de ingreso fiscal, PDVSA y Guayana, y otras empresas públicas, viven hoy un proceso de descapitalización severo, que las convertirá de dadoras en pedidoras, de hecho ya muchas de ellas tendrían que cerrar, no solo por razones financieras, sino económicas, aunque sabemos que el fenómeno se produjo por "missmanagment", pero también porque el fisco pide y pide, y tiene urgente necesidades fiscales y políticas que no pueden esperar, so riesgo de que la revolución se trunque súbitamente.

Resumiendo, el enorme e incalculable déficit fiscal, que podemos leer como un déficit de caja no ‘financiable’ sino con inflación, porque el fisco es manejado como una caja, combinado por una política monetaria super-expansiva, e inflacionaria por efecto, -y defecto- no puede evitar que la precio del dólar en el mercado paralelo presione al alza, ese es el fondo del problema. Sin embargo, la visión mediática es que si el BCV interviene a 4.85, y si CADIVI aligera la entrega de dólares a 2.60, el mercado cede la presión la tasa pudiera bajar, toda una profecía no-cumplida de operadores financieros que esperan los bonos para ganarse su boloña.

Volviendo a las profecías del mercado: el gobierno no quiere que baje, tampoco lo puede bajar, por ahora.

Pero en el mercado los operadores no comprenden al gobierno. Como de costumbre, en estos casos de mercados cambiarios restringidos, esta una profecía auto cumplida, que pudiera cumplirse. Pero que opera con información privilegiada, y la gente, el publico y empresas siente que ese mercado no opera de manera fair o transparente, y ve como ese mercado de intervención del BCV o Min Finanzas opera por arreglo entre operadores y burócratas y por lo tanto no gana en el alguna confianza, la presión sobre el paralelo, o libre se mantiene, aunque en el entorno ayudado a no explotar por la severa contracción económica que sobrevive la economía venezolana desde el año pasado y que hace que la demanda en el mercado permuta (paralelo) caiga por la falta de negocios y economías.

A estas percepciones de la gente, fundadas sobre un esquema fiscal y monetario de ruina, surgen algunos hechos no muy visibles, porque el gobierno de alguna manera al desplegar una colosal propaganda y nada de transparencia en las cuentas y balances del gobierno y sus empresas -PDVSA, GUAYANA, FONDEN, y bancos estatales- ha impedido que la opinión pública aprenda que el fisco está viviendo dificultades fiscales intensas y severas y prácticamente una insolvencia crónica, dependiendo no de uno sino de varios milagros petroleros.

Y que por contrapartida el BCV vive la misma fortuna en el volumen de reservas internacionales, donde ya sabemos no todo lo que allí brilla es oro, en otras palabras, las reservas internacionales disponibles al BCV (y al gobierno) no son todas liquidas, compromisos financieros y algunas "chimbas" matemáticas financieras expresadas en el mercado de capitales tanto por adquisición de bonos y su respectiva colatelarización en letras y bonos estructurados han disminuido los volúmenes de reservas internacionales disponibles para la "economía" tanto para el mercado regulado por CADIVI como el mercado regulado del BCV a una tasa de cambio efectiva que ya es 100 % mayor que el dólar CADIVI.

EL BCV tampoco lo quiere bajo, además no puede hacer mucho, está amarrado por el fisco.

Pero también porque los fondos en divisas e inversiones FONDEN, PDVSA y otros cogieron un soberano palo en la pasada crisis financiera. No nos mostraron los balances para medir las perdidas. Recordamos que todo el mundo perdió en la crisis financiera recién pasada, y desde luego al republica de Venezuela también perdió, solo que no sabemos cuánto.

Y finalmente, por ser el mercado paralelo, un mercado sui generis, por carencia de mecanismos de esterilización monetaria, ejecutado en una sola frontera, es decir off shore, y ante las dificultades fiscales y de caja del gobierno y del Estado, no existe la menor intención de empujar ese dólar a la baja, porque después de todo ellos son beneficiarios en el mercado de bolívares, ellos son los dueños de los dólares y los que necesitan muchos bolívares, y si estos son más por cada dólar colocado off shore, la estructura de incentivos va en dirección de mantener un mercado con presión al alza, lo cual desde luego no quiere decir, que la corrupción y otros esquemas de apropiación de renta de funcionarios del gobierno en el mercado "libre' del dólar, no impliquen en un momento dado la colocación de algunas reservas para darle al BCV algunos bolívares que sabemos ya no van a los hornos monetarios sino al fisco.

Sin embargo como el BC V dispone de escasas reservas internacionales se ha permitido ir ñinguita por ñinguita en el mercado de bonos cambiarios para recomponer la escasez en CADIVI, pero a un miserable ritmo de 600 millones de dólares por mes. En esas condiciones, porque debería caer el dólar paralelo, si el gobierno no lo quiere ?........
FRANCISCO ALARCÓN

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