Cómo sacar partido al río revuelto de las divisas

Cobran atractivo la renta variable de EE UU, emergentes y 'commodities', en perjuicio de la Bolsa europea y sin olvidar que la evolución del tipo de cambio es determinante.

El mercado de divisas se enfrenta en las últimas semanas a batallas cruzadas entre las principales potencias del mundo que agudizan su inestabilidad. Las pugnas protagonizadas por los países occidentales tienen un mismo objetivo: lograr que China revalúe su moneda para que cotice a un precio más próximo a su valor real y al vigor de su economía. En paralelo a ese objetivo aún fallido, Japón intenta sin éxito enfriar el yen que se ha situado frente al dólar al nivel más alto de los últimos 15 años.

Tampoco el euro ha podido eludir esta vorágine y se revaloriza frente a la moneda estadounidense -que está en pleno proceso de "devaluación competitiva"-, un 14% frente a los 1,192 del mínimo del año que se marcó el 7 de junio. Y la moneda única sube respecto a la mayor parte de las latinoamericanas, algunas también se aprecian respecto al dólar, y frente a la libra.

De este contexto de fortaleza del euro se benefician claramente determinadas empresas, mercados y activos, mientras que otros pierden parte de su brillo. Pero ¿cómo lograr rentabilidades con la subida de la divisa europea y con las oscilaciones de otras monedas? Los expertos apuntan como destinos más idóneos a las compañías estadounidenses exportadoras o que puedan ser objeto de operaciones corporativas, los mercados emergentes y algunas commodities, ya sea por vía directa, a través de fondos o de otros instrumentos de inversión

Pero las recomendaciones de inversión siguiendo el criterio de las divisas se encuentran con una advertencia ineludible, el impacto de la evolución del tipo de cambio. Porque si es cierto que ahora los activos estadounidenses son más baratos para el ciudadano del área euro, también lo es que su patrimonio valdrá menos si sigue apreciándose la moneda única. Es algo que se percibe, por ejemplo, en la evolución de los grandes índices estadounidenses: el inversor europeo que haya entrado el 1 de enero en Wall Street se apunta, además de la revalorización en Bolsa, unos tres puntos más por la caída que el euro todavía acumula en el año. Por el contrario, quien haya invertido en ese mercado hace un mes tiene su inversión en pérdidas, pese a que tanto el Dow Jones como el S&P 500 se han revalorizado en Bolsa, por el descenso del dólar frente a la divisa europea.

Los asesores advierten, por tanto, que en las decisiones debe pesar con fuerza la estimación sobre la evolución de las monedas. Aunque la mayor parte prevé que habrá que esperar a las actuaciones de la Fed de las próximas semanas, las proyecciones apuntan a que el dólar seguirá en niveles de 1,4 euros e incluso más allá. Si se admite esta idea y se opta por activos estadounidenses, sería mejor esperar a comprar más barato, o cubrir las carteras del riesgo divisa. También el horizonte de la inversión es importante: si el plazo es flexible y no hay prisa en vender, se puede entrar en la actualidad o cuando el dólar esté aún más bajo, para hacer plusvalías cuando el euro cotice en niveles más razonables.

Esta última opción es la aplicación de una regla de oro de la teoría de la inversión: comprar barato para después vender más caro. Si ahora se adquieren acciones de empresas estadounidenses con el dólar a 1,39 euros, el inversor logrará plusvalías, más o menos sustanciosas, cuando la moneda europea pierda parte su actual rally. Es una apuesta a la que algunos expertos le dan una significativa posibilidad en el medio plazo, como señala Miguel Jiménez, de Renta 4. Es un juego un volátil y complicado, pero que puede aportar rentabilidades.

Víctor Alvargonzález, director general de la firma de asesoramiento de fondos Profim, está entre los que creen que la pugna entre euro y dólar es un factor relevante, que les ha movido a cambiar sus estrategias. La revalorización del euro se debe, en su opinión, a las dispares políticas seguidas a ambos lados del Atlántico, y añade que dado que la Fed ha optado por la compra de bonos de su país, la decisión se traduce en un aumento de los dólares en circulación y, por tanto, en la caída de la divisa americana.

Subraya que esta política, más expansiva que la europea -con un BCE más preocupado por la inflación que por la deflación-, da más atractivo a las empresas estadounidenses.

Pero José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citrigroup, precisa que, si bien la actual trayectoria de las divisas puede perjudicar a algunos sectores europeos -en especial a los exportadores- habría que tener en cuenta otros criterios para decidir las inversiones. Como que la subida del euro refleja que Europa, especialmente Alemania, está ahora mejor en términos relativos, lo que empujaría a los inversores a fijarse más en empresas europeas.

Y David Ardura, de Geconsult, opina que el quid de la cuestión es si esta revalorización se va a sostener en los próximos meses, porque si no es así el efecto en las cuentas de las compañías podría ser poco relevante. Considera, no obstante, que en principio es bueno para Estados Unidos y las materias primas.

Acciones de EE UU

Con precisiones, porque existen empresas, como Alcoa, que se ven perjudicadas al pagar más por algunos costes, el beneficio que la caída del dólar produce en las compañías estadounidenses es reconocido por los expertos. Ganan competitividad en los cada día más duros mercados, factor que se traducirá en más ingresos y más ganancias. Se benefician las exportadoras y las que aumentan su productividad en su mercado doméstico frente a la competencia exterior, así como las que cuentan con activos en el área euro.

"Puede ser un buen momento para entrar en empresas estadounidenses. Además del impacto positivo por el efecto moneda, lo están haciendo bien, y no están de media más caras que las europeas. El S&P cuenta con una trayectoria en el año similar al del Dax alemán", añade Miguel Jiménez, de Renta 4.

Las recomendaciones de los expertos en esta coyuntura coinciden con algunos de los valores más alcistas del último mes del Dow Jones. Nombran, entre otros, a Caterpillar, General Electric, IBM, Du Pont, Boeing y a United Technologies.

Para Victor Alvargonzález, los factores positivos que pueden impulsar a las compañías de Estados Unidos son varios, entre otros, el aumento de las ventas en el exterior y la demanda interna más elevada, frente a un crecimiento más bajo del consumo en Europa. Concluye que, por tanto, están sobreponderados en EE UU frente a Europa.

Empresas europeas

Otra sentencia general es que la fortaleza de la moneda única no es una buena noticia para la renta variable europea. Marian Fernández, de Inversis, destaca que es más perjudicial para las compañías industriales y tecnológicas. Es un cambio importante respecto a la situación vivida a finales del segundo trimestre de este año, de la que se beneficiaban, entre otras, Arcelor, Siemens, DSM o OMV.

En esta línea, Ángel Olea, de Abante Asesores, asevera que puede ser el momento de infraponderar exportadoras, aunque con matizaciones. Y es que las empresas que venden más en la zona euro, incluidos sus respectivos mercados domésticos, se verán menos afectadas. Entre las perjudicadas, Martínez Campuzano indica que pierden competitividad las turísticas por la mayor competencia de la área dólar.

Y ¿qué pasa con las empresas del Ibex? Con los datos de la segregación de su facturación por áreas geográficas, las conclusiones no parecen de momento preocupantes. Los ingresos de BBVA, OHL, Telefónica y Renovables fuera de la zona euro son muy significativos frente a los que obtienen en España y la UE. Pero en estos casos no se verán influidos gravemente por la competencia de otras empresas. Logran los ingresos por los servicios que prestan a través de filiales y concesiones, por lo que sus cifras son muy estables. Pero la aportación de esas divisiones a los resultados del grupo sí se reducirán si el dólar, el peso mexicano o el real brasileño cierran el año en negativo respecto al euro.

Hay otros casos. Repsol se ve afectada negativamente porque una parte de su facturación lo realiza en dólares, aunque le beneficie la subida del precio del crudo. A una competencia exterior más relevante se deberán enfrentrar Ebro e Inditex si las actuales circunstancias se consolidan.

La complejidad de las estructuras empresariales subyace en los argumentos de Nick Beecroft, consultor de divisas de Saxo Bank, que destaca que incluso algunas europeas pueden ganar con la actual guerra de divisas. "Son aquellas cuyos modelos de negocio se basan en gran medida en las importaciones, a las que pueden añadir valor añadido y que, posteriormente, pueden vender en euros en Europa", específica.

Emergentes y commodities

Vuelven a ser una de las grandes opciones. Entre los expertos que comparten esta opinión está Ángel Olea, de Abante Asesores. Recuerda que las materias primas se negocian en dólares, con lo que la caída de la moneda estadounidense puede paliar en parte el particular rally de las commodities para un inversor del área euro. Así, las evoluciones de los últimos días han potenciado un despegue de carácter histórico, que supera a los expertos más optimistas. El oro ha alcanzado los 1.349 dólares la onza -por encima de las previsiones de 1.300 de firmas como UBS-. Y el cobre ha sobrepasado esta semana su precio máximo de 8.290 dólares la tonelada.

Fondos

Aunque la inversión directa en las empresas estadounidenses y en emergentes o en las europeas mejor posicionadas es uno de los consejos de los asesores, los fondos son la vía de acceso a estos valores más mencionada por la posibilidad de diversificar y de protegerse, parcial o totalmente, del riesgo divisa.

Victor Alvargonzález, de Profim, indica que su firma ha estado positiva en inversión fondos en Estados Unidos, bien seleccionada, desde hace meses, y que ahora mantienen esa visión, pero con algunos cambios. Aconseja, para los inversores con capacidad para asumir riesgo, los de renta variable que cubran el dólar, ya que, pese a su tendencia al alza, la inestabilidad domina el panorama mundial.

Destaca, además, que sigue viendo recorrido a los fondos de renta fija corporativa de empresas de alta calidad, más que en monetarios y otros fondos que invierten en renta fija pública a ambos lados del Atlántico.


Fuente: Tania Juanes

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