Goldman Sachs ve estrategia autodestructiva en Venezuela

La firma desarrolló un modelo donde predice una gran devaluación en el mediano plazo. Asegurán que en el contexto de una tasa fija de cambio, el "Gobierno estará bajo fuerte presión para devaluar nuevamente". Esto ocurrirá "probablemente en algún momento de 2011"
Según el artículo, titulado "Venezuela: La dinámica monetaria y de cambio salen a escena", las altas tasas de inflación, la caída de las reservas, la política hostil hacia los mercados y, más recientemente, la aguda depreciación del bolívar en el mercado paralelo han afectado adversamente el sentimiento del mercado hacia el país. En respuesta, señala el artículo, las autoridades han reaccionado con regulaciones mucho más estrictas en el mercado de cambio no oficial y con medidas represivas en los precios.

"Creemos que esta estrategia es autodestructiva y no percibimos en las autoridades la inclinación a adoptar políticas convencionales para abordar los sempiternos problemas de inflación y detener el debilitamiento de la moneda local".

Tras hacer una reseña sobre los antecedentes de la devaluación ocurrida a comienzos de 2009 en Venezuela, la firma desarrolló un modelo donde predice otra gran devaluación en el mediano plazo.

En el contexto del régimen de una tasa fija de cambio, el "Gobierno estará bajo fuerte presión para devaluar nuevamente". Esto ocurrirá "probablemente en algún momento de 2011, en lugar de 20-12-2013".

Los parámetros utilizados para predecir el desenlace comprenden indicadores financieros, externos, del sector real y variables fiscales. No obstante, advierten que "en Venezuela, el momento oportuno para realizar los ajustes en la tasa de cambio a menudo desafía la lógica económica y financiera".

En su opinión, la devaluación ocurrida a principios de enero fue pospuesta durante mucho tiempo.

Tras negar reiteradamente que la devaluación fuera necesaria para compensar la economía, el Gobierno se vio obligado a ajustar la tasa fija de cambio. Al mismo tiempo, las autoridades crearon un régimen dual. A juicio de Goldman Sachs, los imperativos fiscales y electorales motivaron la gran devaluación.

Luego de la devaluación, el presidente Hugo Chávez hizo la promesa de intervenir fuertemente el mercado negro y llevar la tasa de cambio paralelo a 4.30 por dólar. Pese a las amenazas, la inflación hasta la fecha se ha mantenido a niveles bastante elevados y la tasa de cambio en el mercado paralelo se ha debilitado en más de 35%.

Según la firma inversionista, las bases económicas y financieras que apuntaban a una gran devaluación en 2008-2009 ya estaban bien establecidas, pero la reticencia oficial a ajustar la paridad cambiaria fue un reflejo de los altos niveles de inflación contenidos, así como de "los cálculos y el orgullo político". Sin embargo, a la larga, el bolívar sucumbió y la inflación acumuló un salto 202% en cinco años, lo cual, junto con una larga lista de políticas heterodoxas, generó una serie de desequilibrios.

La asimetría

Y aparte de las vicisitudes y dificultades para operar una tasa de cambio dual, consideran que este régimen distorsiona el nivel de competencia entre el sector público y el privado. Por ejemplo: mientras el Gobierno puede importar bienes y servicios a la tasa subsidiada de Bs 2,60 por dólar, el sector privado tiene que importar los mismos bienes a la tasa "más depreciada" de Bs 4,30. De allí que se vislumbre la presencia cada vez mayor del Gobierno en la economía, lo que mermaría aún más la eficiencia económica en general.

Algunas de las variables que se utilizaron en el modelo para medir la probabilidad de otra devaluación incluyen la relación entre el crédito interno y el PIB, los niveles de reservas internacionales y los depósitos bancarios. También se consideraron variables externas, tales como las exportaciones, los términos y condiciones comerciales y la tasa de cambio real, además de las importaciones. En esto último, señalan que "el rápido crecimiento en las importaciones indicaría la presencia de mayor competitividad o productividad y, por ende, desarreglos en la moneda".

La conclusión a la que llegan los analistas es que muy probablemente habrá otra gran devaluación en algún momento de 2011, "dado que 2012 es un importante año electoral y esperar hasta 2013 para ajustar la paridad cambiaria implicaría graves costos en el crecimiento económico y en los empleos".

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