El euro se toma un respiro en su remontada. Esta vez las miradas no sólo se centran en Irlanda. Las expectativas de un rescate, además, vuelven a sufrir un cierto retraso, y los mercados aplazan la confirmación de las ayudas a la próxima semana.
La divisa comunitaria enfría su rebote, y se queda a las puertas de los 1,37 dólares. China ha contribuido a cortar las subidas. La mayor economía emergente del mundo ha anunciado hoy otro aumento en las reservas de capital exigidas a sus bancos.
Se trata ya del segundo aumento de sus requisitos en apenas semana y media, del tercer en desde septiembre, y del quinto en lo que va de año. El intervalo entre estas dos últimas decisiones se ha acortado drásticamente, coincidiendo con el repunte de la inflación en China a sus máximos de más de dos años.
La medida anunciada hoy por el banco central chino se producía casi en paralelo a las críticas lanzadas desde Alemania por Ben Bernanke al gigante asiático. El presidente de la Reserva Federal dijo, sin citar directamente a China, que "el ajuste del tipo de cambio es incompleto en parte porque las autoridades en algunas economías de países emergentes han intervenido en los mercados de divisas para evitar o ralentizar la apreciación de sus monedas".
Los nuevos pasos de China para evitar un sobrecalentamiento de su economía se dejan sentir, además de en los mercados de commodities y renta variable, en el de divisas. El menor apetito por el riesgo revitaliza al dólar, en especial frente a la libra británica, y al yen japonés. La divisa estadounidense se estabiliza en los 83,45 yenes, y la libra se desinfla por debajo de los 1,6 dólares.
Las negociaciones sobre el futuro de Irlanda invita a los inversores a no perder de vista la actualidad durante el fin de semana, si bien diversas fuentes apuntan a que el rescate podría materializarse la próxima semana. El euro aguarda mientras tanto lejos de sus recientes mínimos de los dos últimos meses.
Fuente: Expansión
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